"Y acuérdate también del viajero que ignora dónde acaba el camino que ha emprendido" Marco Aurelio


martes, 9 de agosto de 2011

Paraísos Artificiales

Debido a una situación metafísica de lo más lamentable, este verano he decidido quedarme encerrado en casa. Para mí está siendo el verano de los paraísos artificiales: adoro una piscina por encima del mar, la soledad glacial de un cine a medianoche dentro de un centro comercial, el climatizador de mi coche, el aire acondicionado de mi desordenada casa.
            Es normal, el mundo está tambaleándose: la deuda pública, la prima de riesgo, los disturbios de Londres, el descenso de River Plate. Cualquiera se atreve a salir a la calle. El pasado jueves, me encontraba con unos amigos en la sevillana Plaza del Salvador y creímos ver a Gadafi, y allí que fuimos tras él, aunque finalmente resultó ser un tipo que se parecía más a Jesús Quintero que al propio Gadafi. La calle es una jungla, un laberinto en llamas (tanto metafórica como físicamente). Qué podrá pasarme a mí si, aunque todo se hunda, seguiré aquí, bajo este aire acondicionado marca Fujitsu silencioso como un velatorio.
Un buen libro, una peli del oeste, alguna bebida bien fresquita y buena compañía (perro y pareja, aunque no en ese orden necesariamente). Y de viajar nada, he decidido viajar a través de Google Earth y me ahorro las huelgas de los controladores, los retrasos (de horarios y mentales), las pérdidas de equipaje, los robos, las colas de los museos, la vieja que en el avión me enseña las fotos de su nieto, los carteristas de plaza pública. Por ejemplo, hoy he estado sobrevolando Buenos Aires, y me he acordado de vosotros, porque el programa tiene un simulador de vuelo y he sobrevolado Herrera, y después Estepa y he estrellado el avión contra una fábrica de mantecados (omitiré el nombre). Mi ira sofocada sin una sola víctima, mi curiosidad de viajero resuelta si gastar un euro. Algún día alguien debería explicar cuál es la diferencia real entre lo que pagamos nosotros por un billete de avión y lo que éste vale en realidad.
            Yo pensaba recomendaros más películas, pero no me apetece, que cada uno libremente satisfaga sus gustos, que para escucharme a mí ya tendréis tiempo a partir del mes que viene.

Él es el único que tiene toda la sabiduría.